Chakra Garganta – VISUDDHA: derecho a escuchar y decir la verdad.

Quinto chakra: El poder de la voluntad, Derecho a escuchar y decir la verdad.

¿Estoy tratando de llamar la atención?

El chakra de la Garganta es el centro de expresión y manifestación. Es el centro de la comunicación y manifestación (acción). Aquí donde se transforma toda la energía de los centros bien en movimiento o en palabras. Es similar a la plaza de un pueblo, todo pasa por ahí. Toda la energía que se esta moviendo por los otros centros hacia la garganta. Es un centro relacionado con la sanación kármica

El quinto chakra contiene las dificultades de rendir la voluntad y el espíritu a la voluntad de Dios. Desde el punto de vista espiritual, el objetivo supremo es la entrega total de nuestra voluntad personal en las «manos de lo Divino». Jesús y Buda, así como otros grandes maestros, representan el dominio de este estado de conciencia, la unión completa con la voluntad divina.

Las  energías  del  quinto  chakra  nos  guían  hacía  esa  rendición.  A veces, el mayor acto de amor es abstenernos de juzgar a otra persona o a nosotros mismos. Una y otra vez se nos recuerda que juzgar o criticar es un error espiritual. Desarrollar la disciplina de la voluntad nos permite abstenernos de pensar o expresar pensamientos negativos acerca de otras personas y de nosotros mismos. No juzgando, logramos la sabiduría y vencemos nuestros temores.

Dado que el centro de la voluntad está situado entre las energías del corazón y las de la mente, necesitamos aprender a equilibrar nuestras reacciones a sus impulsos. La energía mental potencia el mundo externo, mientras que la energía del corazón potencia nuestro ámbito personal. Durante siglos, nuestra cultura ha creído que la energía emocional debilita la capacidad de tomar con rapidez las decisiones mentales necesarias, y que la energía mental es prácticamente inútil en el ámbito emocional. Una persona equilibrada es aquella que actúa con el corazón y la mente al unísono.

La esencia del quinto chakra es la fe. Tener fe en alguien entrega una parte de nuestra energía a esa persona; tener fe en una idea entrega una parte de nuestra energía a esa idea; tener fe en un miedo entrega una parte de nuestra energía a ese miedo. Mediante esta entrega de energía quedamos imbricados -mente, corazón y vida- en sus consecuencias. Nuestra fe y nuestro poder de elección son, de hecho, el propio poder de la creación. Somos los canales por medio de los cuales la energía se convierte en materia en esta vida.

Potencialmente la Garganta puede expresar o actuar directamente desde siete centros diferentes: Entrecejo, corazón izquierdo. Corazón derecho , corazón central plexo solar, Sacro y Bazo. El chakra de la Garganta conectada con el corazón izquierdo habla desde el “yo” EGO “yo quiero eso, yo tengo eso, yo hare eso”. Si la Garganta se conecta con el Ajna o entrecejo, dices lo que la mente esta pensando o conceptualizando. Si la Garganta esta conectada al plexo solar actúas o hablas basándote en emocione o sentimientos. Si la Garganta esta conectada al Bazo, hablas espontáneamente desde el conocimiento instintivo del momento. Si la Garganta esta conecta al Sacro hablas basándote en las respuestas químicas del Sacro o sonidos guturales. Si la Garganta esta conectada al corazón central hablas desde tu identidad y dirección personal, desde la esencia superior.

La función primaria del centro garganta es la manifestación mediante la comunicación, expresando quienes somos, que estamos pensando, sintiendo, creando o aprendiendo

La función secundaria de este centro es la manifestación como acción. Esta manifestación es posible cuando un centro motor esta conectado a la garganta. Quienes tienen este tipo de definición son verdaderas personas de acción que pueden poner las cosas en marcha y llevar a cabo lo que conciben

Ubicación: La garganta.

Enseñanzas relativas:  a la voluntad y la auto-expresión.

Chakras con los que interactúa:  es gobernado principalmente por Jivi (ahamkara, corazón izquierdo) y secundariamente por Jivatma (alma individual) y Paramatma (alma Divina) interactúa con  Ajna (tercer ojo), el Bazo, el Plexo Solar y el Sacro.

Conexión energética con el cuerpo físico: gobierna las glándulas tiroides y canal alimentario (tráquea, esófago) y vocal (mandíbula, dientes, encías), aparato bronquial y  pulmones, interactúa con vertebras cervicales, boca e hipotálamo.

Disfunciones físicas: Ronquera, irritación crónica de garganta, úlceras bucales, afecciones en las encías, afecciones temporomandibular, laringitis, inflamación de ganglios, trastornos tiroideos. Enfermedades pulmonares.

Conexión energética con el cuerpo emocional/mental: El quinto chakra se hace eco delos numerosos problemas emocionales y mentales que se presentan durante el aprendizaje dela naturaleza del poder de elección. Todas las enfermedades están relacionadas con el quinto chakra, porque la elección interviene en todos los detalles de la vida y, por lo tanto, en todas las enfermedades.

Manifestaciones mentales y/o emocionales: Elección y fuerza de voluntad, expresión personal, seguir lo propios sueños, uso del poder personal para crear, adicción, juicio y critica, Fe y conocimiento, capacidad para tomar decisiones.

Conexión simbólica/perceptiva: El desafío simbólico del quinto chakra es progresar mediante la maduración de la voluntad, comenzando por la percepción tribal de que todo y todos los que lo rodean tienen autoridad sobre uno, pasando por la percepción de que sólo uno tiene esa autoridad, hasta la percepción final de que la verdadera autoridad proviene de alinearse con la voluntad de Dios.

Miedos principales: Los miedos relacionados con el poder de voluntad existen en todos los chakras. Tememos no tener autoridad o poder de elección en la vida, primero dentro de la tribu, y después en nuestras relaciones personales y profesionales. Además tememos no tener autoridad sobre nosotros mismos, perder el control en lo que se refiere a nuestras reacciones ante sustancias, el dinero, el poder, el dominio emocional de otra persona sobre nuestro bienestar. Y finalmente tememos la voluntad de Dios. La idea de entregar su poder de elección a una fuerza divina sigue siendo la mayor dificultad para la persona que desea hacerse consciente.

Fuerzas principales: Fe, conocimiento propio y autoridad personal; capacidad de tomar decisiones sabiendo que, sea cual fuere la decisión que tomemos, somos capaces de atenernos a nuestra palabra, con nosotros mismos y con los demás.

Este chakra es gobernado principalmente por Jivi (ahamkara, corazón izquierdo) y secundariamente por Jivatma (alma individual) y Paramatma (alma Divina)

En centro Garganta esta asociado con El centro (combustible) pránico del corazón y del entrecejo. cuando esta abierto, funcionando armónicamente y equilibrado en vórtices anterior y posterior, aporta prana a este centro, en caso contrario, consume prana de este centro

Cuerpo o envoltura con las que interactúa. Interactúa con el cuerpo físico elemental dimensión 1, con el cuerpo físico (físico) dimensión 2, con el cuerpo sutil , con la envoltura vital y con la envoltura mental, dimensión 3, a través del sonido que se manifiesta en este chacra se conecta con las dimensiones 5 , 6, 7, 8, 9, 10, 11.

Elemento que predomina y lo nutre: Elemento el éter, sentido de percepción el oído, órgano de acción la boca (voz)

Verdad sagrada

El quinto chakra es el centro de las elecciones y sus consecuencias, del karma espiritual. Cada elección que hacemos, cada pensamiento y sentimiento que tenemos, es un acto de poder que tiene consecuencias biológicas, medioambientales, sociales, personales y mundiales. Estamos donde están nuestros pensamientos, y así, en nuestra responsabilidad están incluidas nuestras aportaciones energéticas.

¿Qué elecciones haríamos si pudiéramos ver sus consecuencias energéticas? Sólo podemos acercarnos a este tipo de previsión ateniéndonos a la verdad sagrada “Entrega tu voluntad a la voluntad divina”. Las lecciones espirituales contenidas en el quinto chakra nos enseñan que los actos motivados por una voluntad personal que confía en la autoridad divina producen los mejores efectos.

Nuestros pensamientos y actitudes también se benefician de aceptar la orientación superior. Comprender las consecuencias energéticas de nuestros pensamientos, creencias y actos podría obligarnos a tener un nuevo grado de sinceridad. Nos sería imposible mentir, ya sea a nosotros mismos o a otras personas. La curación auténtica y completa exige ser sincero con uno mismo. La incapacidad de ser sinceros obstaculiza la curación tan seriamente como la incapacidad de perdonar. La sinceridad y el perdón rescatan nuestra energía, o espíritu, de la dimensión energética «del pasado». Nuestro quinto chakra y sus lecciones espirituales nos enseñan que el poder personal está en nuestros pensamientos y actitudes.

No estamos hechos para criticar a los demás ni a nosotros mismos; sólo pensamos mal de otras personas por miedo. Decir palabras hirientes a alguien contamina a la persona a quien van dirigidas y a la que las dice, y el cuerpo físico de esta última la hará responsable de esa forma de destrucción (en el budismo éste es el precepto de Bien hablar). Nuestro conocimiento innato de la responsabilidad genera la culpabilidad que solemos sentir por nuestros actos negativos, y por eso nos sentimos impulsados a confesarlos, para sanar. La confesión (no necesita a una persona, significa reconocerlo ante nuestro Ser)  simboliza la depuración de todo lo que no es honrado en nuestro interior, transmite a nuestro sistema energético el conocimiento de que jamás debemos juzgar intencionadamente a otra persona ni a nosotros mismos de modo negativo. Los juicios negativos generan consecuencias negativas, tanto en el cuerpo como en el ambiente externo.

(fuente ´anatomía del espíritu´ Caroline Myss)

Las consecuencias del miedo

Las consecuencias energéticas más onerosas se producen como consecuencia de actuar por miedo. Incluso en el caso de que actuar por temor nos lleve a lo que deseamos, generalmente también produce efectos secundarios no deseados. Estas sorpresas nos enseñan que actuar por miedo transgrede nuestra confianza en la orientación divina. Claro que todos vivimos, al menos periódicamente, en la ilusión de que estamos al mando de nuestra vida. Nos afanamos por obtener dinero y posición social para tener más poder de elección y así no vernos obligados a someternos a las decisiones que toman otros por nosotros. La idea de que para tener conciencia hay que rendir la voluntad personal a lo Divino está en conflicto directo con todo lo que hemos llegado a creer que mide el poder de una persona.

Así pues, es posible que repitamos el ciclo miedo-sorpresa-miedo-sorpresa hasta que lleguemos a orar diciendo: ¡Dios! Me entrego a ti en total y absoluta entrega, solo tu puedes guiar mi vida y cuidar de mi. Una vez que entonamos esa oración, en nuestra vida puede entrar una orientación, acompañada de interminables actos de sincronismo y coincidencia: la «intromisión» divina en su mejor aspecto.

La esencia del quinto chakra es la fe

Tener fe en alguien entrega una parte de nuestra energía a esa persona; tener fe en una idea entrega una parte de nuestra energía a esa idea; tener fe en un miedo entrega una parte de nuestra energía a ese miedo. Mediante esta entrega de energía quedamos imbricados -mente, corazón y vida- en sus consecuencias. Nuestra fe y nuestro poder de elección son, de hecho, el propio poder de la creación. Somos los canales por medio de los cuales la energía se convierte en materia en esta vida.

Por lo tanto, la prueba espiritual inherente a toda nuestra vida es el reto de descubrir qué nos motiva a hacer las elecciones que hacemos, y si tenemos fe en el miedo o en lo Divino. Todos necesitamos hacernos estas preguntas, bien como tema del pensamiento espiritual o bien a consecuencia de una enfermedad física. Llega un momento en que todos nos preguntamos: ¿Quién está al mando de mi vida? ¿Por qué las cosas no resultan como quiero? Por mucho éxito que tengamos, en algún momento tomamos conciencia de que nos sentimos incompletos. Algún acontecimiento, relación o enfermedad que no entraba en nuestros planes nos hará ver que no basta el poder personal para superar una crisis. Estamos destinados a tomar conciencia de que nuestro poder personal es limitado. Estamos destinados a preguntarnos si en nuestra vida actúa alguna otra «fuerza» y a plantearnos las siguientes preguntas: ¿Por  qué  ocurre esto?  ¿Qué  quieres  de  mí?  ¿Qué  debo  hacer?  ¿Cuál  es  mi finalidad?

Adquirir conciencia de nuestras limitaciones nos dispone a considerar otras opciones que de otro modo no habríamos elegido. En los momentos en que nuestra vida nos parece más descontrolada podríamos abrirnos a una orientación que antes no habríamos acogido bien. Entonces es posible que nuestra vida avance en direcciones que no habíamos previsto.

Nos aterra la idea de que reconocer la voluntad divina y, por lo tanto, rendir nuestra voluntad a una voluntad superior, nos va a alejar de todo lo que nos proporciona agrado o comodidad física. Así pues, nuestra voluntad se resiste a la orientación divina: la invitamos a entrar,  pero  nos  esforzamos  en  obstaculizarla  totalmente.  Una  y  otra vez las personas que se enfrentan a ese dilema; desean orientación intuitiva, pero tienen miedo de lo que les dirá esa voz.

Tengamos presente que nuestra vida física y nuestro camino espiritual son una misma cosa. Disfrutar de la vida física es un objetivo tan espiritual como el de lograr un cuerpo físico sano. Ambas cosas son una consecuencia de seguir la orientación divina al hacer elecciones sobre cómo vivir y de actuar movidos por la fe y la confianza. Rendirse a la autoridad divina significa liberarse de las ilusiones físicas, no de los placeres y comodidades de la vida física.

Las  energías  del  quinto  chakra  nos  guían  hacía  esa  rendición.  A veces, el mayor acto de amor es abstenernos de juzgar a otra persona o a nosotros mismos. Una y otra vez se nos recuerda que juzgar o criticar es un error espiritual. Desarrollar la disciplina de la voluntad nos permite abstenernos de pensar o expresar pensamientos negativos acerca de otras personas y de nosotros mismos. No juzgando, logramos la sabiduría y vencemos nuestros temores.

Los psicoterapeutas se han convertido en los confesores de los tiempos modernos. Con ellos tratamos de resolver nuestros conflictos psíquicos y emocionales, explorando sinceramente los lados oscuros y superando los miedos de nuestra naturaleza y nuestra psique. Cada vez que derrotamos a la autoridad que ejerce un miedo en nuestra vida y lo reemplazamos por un mayor sentido de nuestro poder personal, la dulce energía de la curación entra a raudales en nuestro sistema energético. Expresado en el lenguaje de la confesión, estos importantes actos terapéuticos equivalen a llamar a nuestro espíritu para que vuelva de las misiones negativas a las que lo hemos enviado.

Sabiendo que el quinto chakra nos enseña el modo de utilizar nuestra voluntad y registra las órdenes que damos a nuestro espíritu, la pregunta es: ¿Cómo nos las arreglamos con las enseñanzas del quinto chakra?

Entre la cabeza y el corazón

Dado que el centro de la voluntad está situado entre las energías del corazón y las de la mente, necesitamos aprender a equilibrar nuestras reacciones a sus impulsos. Por lo general, cuando somos niños se nos dirige hacia una de estas dos energías gobernantes: normalmente, se dirige a los niños para que utilicen la energía mental, y a las niñas para que se dejen llevar por el corazón.

La energía mental potencia el mundo externo, mientras que la energía del corazón potencia nuestro ámbito personal. Durante siglos, nuestra cultura ha creído que la energía emocional debilita la capacidad de tomar con rapidez las decisiones mentales necesarias, y que la energía mental es prácticamente inútil en el ámbito emocional. Hasta los años sesenta, esta separación se consideraba aceptable. En esa década, en la que el corazón se encontró con la mente, se redefinió este concepto: una persona equilibrada es aquella que actúa con el corazón y la mente al unísono.

Si la mente y el corazón no se comunican con claridad entre sí, uno dominará al otro. Cuando nos dirige la mente, sufrimos emocionalmente porque convertimos en enemiga la información emocional; queremos dominar todas las situaciones y relaciones, y mantener la autoridad sobre las emociones. Si nos dirige el corazón, tendemos a mantener la ilusión de que todo marcha bien. Dirija la mente o el corazón, la voluntad no estará motivada por la sensación de seguridad interior, sino por el miedo y el inútil objetivo de controlar. Este desequilibrio entre la cabeza y el corazón convierte a la persona en adicta. Desde el punto de vista energético, cualquier comportamiento motivado por el miedo al crecimiento interior equivale a una adicción. Incluso comportamientos que normalmente son sanos, como el ejercicio y la meditación, por ejemplo, pueden ser adicciones si se emplean para evitar el dolor, el conocimiento o la intuición personal. Cualquier disciplina se puede convertir en un tenaz obstáculo entre la conciencia y el inconsciente, que dice: «Quiero orientación, pero no me  des  ninguna  mala  noticia.»

La única manera de abrirnos paso a través de ese obstáculo es tomar decisiones en las que intervenga el poder unido de la mente y el corazón. Es fácil continuar con un hábito que nos obstaculiza, alegando que no sabemos qué hacer a continuación. Pero eso rara vez es cierto. Cuando estamos atrapados por un hábito, se debe a que sabemos exactamente lo que deberíamos hacer a continuación, pero nos aterra hacerlo. Para romper la repetición de los ciclos de nuestra vida sólo hace falta tomar una firme decisión que apunte hacia el mañana, no hacia el ayer. Las decisiones que dicen «Se acabó, no continuaré aceptando este tipo de trato», o «No puedo seguir aquí ni un solo día más; debo marcharme», contienen el tipo de poder que une las energías de la mente y del corazón, y la vida comienza a cambiar casi instantáneamente a consecuencia de la autoridad presente en ese intenso grado de elección. De acuerdo que asusta dejar los contenidos de la vida que conocemos, aun cuando esa vida sea terriblemente triste. El cambio asusta, y esperar a tener esa sensación de seguridad antes de hacer un cambio sólo produce más tormento interior, porque la única manera de obtener esa sensación de seguridad es entrar en el remolino del cambio y salir por el otro lado sintiéndose vivo de nuevo.

Una y otra vez, los problemas a los que nos enfrentamos nos inducen a preguntar: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí? Con frecuencia pensamos que la voluntad de Dios para nosotros es una tarea, un trabajo, un medio de acumular poder para nosotros. Pero la verdad es que la voluntad divina nos llevará primero y principalmente a aprender acerca de la naturaleza del espíritu y de Dios.

El acto más importante de voluntad al que podemos consagrar nuestro espíritu es elegir vivir según estas normas:

    1. No hacer ningún juicio.
    2. No tener ninguna expectativa.
    3. Renunciar a la necesidad de saber por qué las cosas ocurren como ocurren.
    4. Confiar en que los acontecimientos no programados son una forma de dirección espiritual.
    5. Tener el valor de tomar las decisiones que necesitamos tomar, aceptar lo que no podemos cambiar y tener la sabiduría para ver la diferencia entre ambas cosas.