Tierra, naturaleza y claridad mental

¿Que es la claridad mental?

Muchas personas creen que claridad mental esta relacionado con la capacidad intelectual, que facilita ser un gran orador, un gran científico, un gran empresario etc. Esa es una parte de la claridad mental, sin embargo si ese desarrollo está carente de corazón, de amor,  únicamente sirven para solventar la vida económicamente, por lo que en la mayoría de los casos, más temprano o mas tarde, generaran en la propia persona todo lo contrario, confusión. Cuando se actúa únicamente desde el interés personal, desde el primer momento, a nivel del subconsciente se esta generando un manto de confusión, que se traducirá en vacío interno.

Claridad mental es la ausencia de duda de quien realmente eres. Claridad mental es pensar, sentir y actuar en dirección a reconocer la divinidad que realmente cada persona es.

Claridad mental es cuando los distintos niveles de respuesta a nivel mental, consciente, subconsciente y supraconsciente, están en resonancia. Cuando esto ocurre, el mundo y lo que ocurre es una bendita oportunidad para experimentar y reconocer quien realmente somos.

La verdadera  claridad mental es cuando se actúa desde el amor incondicional, el amor que no busca recompensa, el amor que genera libertad, el amor que se reconoce en todo.

La claridad mental  conduce a la unidad y el amor es la argamasa que facilita esa unidad.

¿Que causa la falta de claridad mental?

El miedo es lo que impide reconocer quien realmente somos, el miedo interfiere entre la propia respuesta del alma y la respuesta que la mente da a la vida, generando  disonancia entre las respuestas, esta disonancia va entretejiendo un velo a nivel mental.

Ese miedo se suele generar por la separación entre lo que creo que soy y lo que realmente soy, esta separación se produce porque el yo mundano, esta influenciado por acomodamientos, resistencias, apegos y adicciones psíquicas y emocionales derivadas de nuestras acciones en esta y otras vidas. Cuanta más separación, mayor la dosis de miedo, mas tupido el velo y menor claridad mental.

Además hoy en día, debido a la vida desnaturalizada que llevan la mayoría de las personas, hay un exceso de toxicidad interna que impide que el flujo elemental fluya en la mente, de esta forma además de velo, hay una falta de flujo de vida “prana” en el cuerpo sutil (vitalidad, emociones, pensamientos, intelecto)  y esto genera un estado de ansiedad y/o depresión, que con el transcurso del tiempo se convierten en una perdida de salud.

A nivel laboral esto se traduce en inseguridad, escasa o nula creatividad, incapacidad de afrontar las situaciones adversas (escasa resiliencia), falta de tiempo, lo que conlleva a una baja productividad laboral. En el caso que el cuerpo sutil (emociones, intelecto, pensamiento) de la persona tenga poca capacidad de regular y mantener su equilibrio interno, se traducirá en depresión y ansiedad.   que no se soluciona con ansiolíticos o antidepresivos, esto lo único que hace es ocultar la problemática e incrementar esa niebla mental.

“Para que nos hagamos una idea; estamos en un lugar con niebla espesa, desorientados por que carecemos de referencias (esto es lo que genera la nube mental), en ese recorrido nos introducimos en un tupido bosque que nos  impide avanzar, y nos hemos quedado sin comida. A ese estado de desorientación se le añade la carencia de alimento (energía).” ¿qué pasa si esta situación dura días?   

Esta hipotética situación, dependiendo del estado mental/emocional de cada persona, además generar inseguridad, puede generar miedo, desesperación que se puede convertir en un cuadro de ansiedad o depresión. y  si la situación se prolonga, toda esa tensión paraliza y acaba convirtiendose en enfermedad.

¿Que aporta la claridad mental?

La claridad mental aporta un estado de bienestar producido por una mayor seguridad, autoestima, libertad, pasión, entusiasmo, optimismo  e incluso una capacidad creativa superior.

Con el tiempo se traduce en una más clara y adecuada gestión de pensamiento, emociones y experiencias, que lleva a una mayor capacidad para enfrentar los inconvenientes del día a día y solventarlos, lo que se suele llamar resiliencia.

Y finalmente esas respuestas emocionales y mentales basadas en la claridad mental, en la conexión con nuestro corazón, inciden positivamente en una mayor vitalidad y una mejor salud, desapareciendo incluso sintomatologías físicas que se padecían.

Y esto sucede porque consciente, subconsciente y supraconsciente responden en sintonía, en la misma dirección. Lo que es lo mismo, la respuesta del nuestro ego, de nuestra alma y de nuestra divinidad son coherentes y estan en la misma frecuencia “unicidad”.

Con varios escalones por el medio en los que nos pondremos a prueba, sobre si la respuesta de nuestra realidad divina prevalece sobre las otras. En última instancia el ego se reconoce como mero instrumento de esa realidad superior. Cuando esto sucede se pasa a un estado de paz, amor, felicidad indescriptibles.

¿Cómo se logra la claridad mental?

Aunque aquí relacionamos los pasos basados en un orden, en un proceso lógico, el recomendable para la mayoría de las personas, para algunas personas que recurran a su fe, puede ser diferente.

El primer paso es proveer de energía a nuestro cuerpo sutil, limpiar los conductos que impiden el fluir de esa energía, por este motivo es fundamental el eliminar la toxicidad interna y reconectar con la naturaleza elemental de Dios, la Tierra, ella nos nutre, no protege y nos sana, este el comienzo para soltar los residuos sutiles. Nuestros pies son los cimientos de la salud, física, mental y emocional.

Poner los pies en la tierra todos los días, es un requisito fundamental e imprescindible para eliminar la toxicidad sutil de nuestra mente, de nuestra circuitos vitales y de nuestro organismo.  Con esta sencilla práctica comienza el camino de reconexión con uno mismo/a

El segundo paso es dirigir la atención hacia lo que realmente eres sin dudarlo, con fe. Por lo tanto comienza por creerlo, pon la atención de forma consciente en Dios, ahí estas desarrollando tu subconsciente en el camino hacia tu divinidad.

El tercer paso requiere de la experiencia, y para ello tienes que sentir que esa experiencia te transforma, eliminando poco a poco el vacío que hay entre la mente egoica y tu realidad divina. La paz y la verdad comienzan a llenar ese vacío.

Y en ese proceso de reconexión a medida que se suelta lastre de condicionantes (karma), esa claridad mental resplandecerá  y se propiciará el espacio mental para ver, sentir y experimentar quien realmente somos.