La importancia de la palabra, ¿qué debe acompañarla?

La palabra es la primera manifestación de una acción, es la acción más sutil y por lo tanto tiene una enorme transcendencia, esa sutileza penetra en múltiples estados de conciencia.

Como acciones que son, ciertas palabras  pueden causar heridas en las personas, de ahí la importancia de elegir palabras que no lastimen a los demás, incluso si esas palabras son verdades absolutas.

Incluso más importante que el significado de la palabra, lo que tiene más peso es por una parte la carga emocional que lleva la palabra, como se suele decir es tan importante el “que” se dice,  el “como” se dice.  A pesar de que el cómo se emite y desde donde se emite la palabra es súper importante. Lo más importante, lo definitivo es el receptor, como trata la información el receptor, ahí realmente está el arte de transformarlo todo, en la escucha desde el corazón es donde cualquier palabra, cualquier emoción, cualquier pensamiento puede ser transformado por la escucha compresiva y compasiva.

Para tener esta capacidad transformadora, la persona debe implantar la escucha desde el corazón y no desde la cabeza, desde su centro divino y no desde su individualidad.

El padre supremo nos invita siempre a decir la verdad, hay un dicho del Vedanta que declara:

Di siempre la verdad, nunca digas carentes de verdad, evita decir verdades que hieran”

Es muy importante el utilizar adecuadamente las palabras y conocer su significado, sin embargo la acción de hablar va mucho más allá de utilizar adecuadamente las palabras, es importantísimo observar desde donde salen estas palabras, que sentimientos y que pensamientos les acompañan.

La palabra debe ir siempre acompañada de pensamientos y sentimientos compasivos.

Cuando hablamos, esas palabras incluyen nuestro pensamiento y nuestro sentimiento por ese motivo la palabra es creadora. De ahí la importancia de la coherencia y rectitud en el hablar. 

Sin embargo esta coherencia no es suficiente,  ya que tan importante como la coherencia, rectitud, incluso más es desde que nivel de conciencia se dice.

Por este motivo incluso más importante que el significado de la palabra en sí, lo verdaderamente importante es desde donde nacen las palabras, que carga mental y emocional llevan esas palabras

En el Vedanta también se dice “Hablen la verdad, hablen agradablemente y no digan verdades desagradables” (Sathyam Bhruyat, Priyam Bhruyat, Na Bhruyat Sathyam Apriyam). “Hablen la verdad, practiquen la rectitud” (Sathyam Vada, Dharmam Chara).

Pero hoy la gente no sabe lo que son Sathya ni Dharma. Trikalabadhyam Sathyam (La Verdad permanece invariable en los tres períodos del tiempo – pasado, presente y futuro). La verdad no cambia. Lo que cambia de tiempo en tiempo es sólo Nijam (la verdad mundana).

Estas palabras del Vedanta se refieren al nivel de conciencia desde donde se habla.

Cuando hablamos únicamente desde la mente estamos hablando desde la verdad mundana y esa verdad es la verdad de la persona, con el tiempo esta verdad puede cambiar.

Cuando hablamos desde el alma, estamos hablando desde la verdad del alma individual, también es una verdad que cambia en base a nuestras emociones.

Solo cuando hablamos desde el alma divina, desde ahí hay verdad absoluta, ya que es la realidad suprema quien habla.

Para poder hablar desde la verdad absoluta, la mente debe actuar como instrumento de esa divinidad que cada uno es, y para que esto pueda suceder, es imprescindible una mente y un corazón puros.

Esto se logra con la práctica diaria de los cinco valores humanos. Los valores humanos Sathya, Dharma, Shanti, Prema y Ahimsa pueden ser comparados a los cinco principios de vida del hombre, a saber, Prana, Apana, Vyana, Udana y Samana. Un verdadero ser humano es aquél que practica los cinco valores humanos. En la actualidad el hombre no habla la verdad, ya que teme a las consecuencias, y no practica el dharma ya que no sabe qué significa realmente.

El valor de la Verdad es expresado a través del habla o las palabras. El valor del Dharma es expresado a través del cuerpo. Esto se relaciona con Annamaya kosha (la envoltura física). Shanti o la paz puede experimentarse sólo en el plano mental, Manomaya kosha (la envoltura mental). Para que haya Sathya, Dharma y Shanti, uno tiene que purificar los instrumentos del habla, el cuerpo y la mente. Esto se llama pureza de “Mano, Vak, Kayam”. Prema (el Amor) proviene de la envoltura mental y la envoltura de la Bienaventuranza (Manomaya y Anandamaya koshas). Ahimsa (la no violencia) proviene de la envoltura de la Bienaventuranza. Prema fluye como una corriente subyacente en todos los instrumentos internos y los purifica. Por lo tanto, los cinco valores tienen relación con las cinco envolturas.

Educare

 

La palabra “educare” tiene dos aspectos: el mundano y el espiritual. La educación mundana expone el conocimiento latente que pertenece al mundo físico. La educación espiritual expone la divinidad inmanente en el hombre.

Por ende, tanto la educación mundana como espiritual son esenciales, sin ellas la vida humana no tiene valor, pero la espiritualidad no encuentra lugar en el sistema educativo moderno, porque sólo se le da importancia a la educación mundana.

La educación mundana que se relaciona con la cabeza y es efímera. Leer, escribir, ganarse la vida, y lograr nombre y fama, todo esto es producto de la educación mundana. La educación mundana hace grande al hombre, mientras que la educación espiritual lo hace bueno.

La educación espiritual se relaciona con el corazón, en donde se originan cualidades sagradas como la compasión, la verdad, la perseverancia y el amor. Hoy los padres esperan que sus hijos emprendan estudios superiores, amasen fortunas y sean grandes, pero muy pocos quieren que sus hijos sean buenos.

La bondad es duradera, mientras que la grandeza es temporal. La bondad es la base para la vida espiritual. Hay multitud de personas que se han hecho grandes juntando riqueza, pero ¿Cuál es su contribución al bienestar de la sociedad? ¡Absolutamente ninguna! por consiguiente, esfuércense por ser buenos y no grandes.